Cámara estenopeica


Vuelvo a nuestros recuerdos, añorando repetirlos para encapsularlos, deseando que esas sonrisas puras y espontáneas, creadas por la fluidez de nuestras emociones y que se integraban en el vaivén de nuestra unión, se rehagan, se recreen, se vuelvan de una normalidad que no pare de sorprendernos.
Mi deseo por arreglar cada momento hace que probablemente no esté surgiendo como su nacimiento, electrizante, paralizante, tembloroso y un tanto nervioso, con esas ganas de conocer lo que llevábamos dentro, probabilidades que descubriremos al pasar de los días,  las emociones, las personas, las escenas, el contexto general cambia, y usted aunque siendo la misma persona, se transforma en cada respirar, y yo siendo el alma, el cuerpo, la mente, sigo volando, redescubriendo, indagando en la cuestión que me acompaña de vez en cuando, el si usted es alguien fijo para alguien tan móvil, el si usted desea estar a mi lado con todo el paquete que se hace acompañar, que si usted realmente quiere estar aquí, que si usted se percata de todo lo que aprendió, y un nudo, muy cliché, un pedazo de masa, un pedazo de pan mal masticado, un espasmo que contrae mis cuerdas vocales, un apretar de mis adentros por no querer decir toda la verdad de este instante se hace presente, y recalco en el instante ya que cabe la posibilidad número dos de que al siguiente (ya que el recorrer vivaz es una sumatoria de todos esos instantes) ya no se piense igual, y esto es cuestión de personalidades, dicen, de componentes bioquímicos, probablemente estas personas sufrimos de perdidas de memoria trascendental que vuelve en cada déjà vu que ocurre en los diferentes planos a los que somos partidarios, que bien yo le pondría en su lugar, déjà vie.
Dentro de estos pensares, y divagaciones en lugar, tiempo, espacio y atmosferas construidas materialmente, emocionalmente, decisivamente, se encuentran parámetros que nos permiten dejarnos llevar por el amor al pensamiento y sus filias (actitudes cuasi sexuales, orgías líricas), o por su contraparte enajenarnos y contradictoriamente vocalizado, adentrarnos en el mundo de las ideas que rondan en el pensamiento de alguien alejado a nosotros mismos, que crea una realidad alterna a tal grado que nos abstrae de nuestro propio sentir para encarnarnos en personajes virtuales que nos generan emociones paralelas a las auténticas, sin llegar al ángulo recto, ese que se forma al unirse dos pensamientos que andaban por allí rondando individuales, queda claro y reafirmo que no se pierden en su unión simplemente comparten un abrazo posiblemente (ya el tercero).
La fuentes que nos permiten llegar a dichas conclusiones, sin ser eternas, ya que no podemos concluir con lo que sigue infinitamente ciclando, son adquiridas, aprendidas, observadas en el diario acontecer de tu existencia, empíricamente, y con obviedad, personalmente, no me queda más que decir que estamos compuestos de fotografías de momentos cómodos y de su añoranza por repetir.




Probablemente (iv), tengo la tendencia a borrar las fotos de mi pasado para evitar a toda costa rehacerlo, y así,  construir un nuevo presente1.

1. No se puede olvidar que la masa cerebral esta llena de cisuras que son las huellas de lo que ya se hizo (poéticamente hablando) y el hecho de borrar imágenes físicas o virtuales no significa que sean borradas del lugar en el que éste órgano vital las reservó para futuras referencias.





 -Fèvrier (Jocelyn, Jota, J., Jay, Joss, Joce, Jocefa, Décima letra del alfabeto castellano actual)


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